Todos tenemos emociones, pero hay algunas emociones que generan ciertos comportamientos que pueden llegar a ser perjudiciales y peligrosos para nosotros y para las personas que nos rodean.
Alguna vez explotas verbalmente con insultos hacia otra persona ¿? Te enojas y empiezas a arrojar objetos ¿? A veces empujas, golpeas o agredes verbalmente a alguien ¿? Te es fácil ser hiriente o humillar a las personas ¿?
La manifestación de agresividad en una persona es la consecuencia de su propia frustración o de la interpretación de lo ocurrido como algo negativo. La intensidad de esta emoción puede variar desde sentirse molesto a enfadado, seguido de agresividad, culminando con una emoción más intensa como la rabia o la ira.
Una persona agresiva puede cambiar, pero dependerá de su grado de empatía y conciencia de sus propias emociones. Si no tiene la capacidad para sentir lo que provocan en el otro y en sí mismo, difícilmente podrá generar un cambio.
Muchas veces las personas agresivas no logran generar cambios en su comportamiento por si solas y requieren ayuda para lograrlo. Si es tu caso y quieres mejorar tu vida sustancialmente, no dejes pasar el tiempo e inicia un proceso de cambio hoy mismo.